21 mayo 2010

"L Kijot"

Me apetecía escribir, pero no sé muy bien el qué. Es lo que tiene ser un habitante del pueblo llano, enredado en una rutina agobiante y cruel de la que es casi imposible salir. Todos los dias a las 7:30 suena el despertador, lo apago, me quedo unos minutos más mirando al techo pensando lo desgraciada que soy y que me apetece ponerme mala para no tener que sufrir otro día rodeada de esos adolescentes (no todos) insoportables (entre los que me incluyo) incapaces de poner nada de su/nuestra parte, y al fin me levanto, miro mi cara en el espejo y continúo hasta salir por la puerta con esa mochila llena de libros de los cuales ni la mitad de sus contenidos me interesan ni me harán falta. Odio a los profesores. No porque sean mis "superiores", es por el hecho de que lo saben. Esa forma tan arrogante de entrar por la puerta con cara de "tengo estudios" y mirarnos como si fueramos ganado, seleccionando a quien manda al matadero. Sobre todo odio a los profesores que no saben apreciar a esa gente que quizás no apruebe matemáticas, pero alomejor sabe hacer otras cosas. No es mi caso, estudio, apruebo y disfruto del verano. Pero me indigna. ¿Por qué he de estudiar las causas que provocaron la crisis agraria del siglo XVIII? ¿Pero no se dan cuenta de que eso no nos vale para nada? Esa gente que dicen que se preocupan de nuestro futuro... ¿Y el presente? ¿Por qué no enseais cosas que me vayan a valer hoy mismo? El futuro, el futuro, el futuro... Ni si quiera estarán ellos ahi para verlo. En el instituto te mandan leer libros como "El Quijote", una de las obras más importantes de la historia... ¿Con 16 años? ¿Estamos locos o qué? ¡Qué manera de tirar nosecuantas páginas a la basura"!


Pero en fin, a ningún adulto le importa ésto, sólo quieren presumir de su 100% de aprobados en selectividad, ¿qué mas da si son unos cazurros inimaginativos si consiguen una licenciatura, verdad? Sólo se valoran los caracteres académicos... Se está perdiendo el valor humano, el valor como persona...


Y si perdemos eso... ¿qué nos va a quedar?

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