Se intenta aprobar en Portugal (ese país que esta debajo de Galicia, pegadito a España) la ley del matrimonio homosexual, pero no, en cambio, la de la adopción. No sé si a usted, inconsciente lector, le parece un paralelismo bastante obvio. Quieren dejar a los gays y lesbianas casarse, pero no disfrutar de la bonita y a veces cansina compañía de un niño. ¿Qué pretenden con eso? ¿Evitar niños con dos madres o dos padres? ¿Evitar esa vergüenza que un niño sentiría en el colegio al ser recogido por una pareja homosexual? ¡O no, por favor, háganme lo que quieran, clávenme astillas en las uñas, enchúfenme directamente a los ojos con un puntero láser, pero no dejen que esos dos señores me adopten! Realmente creo que más preocupados por esos niños están todos los demás que ellos mismos. Queridas personas que creen que salvarán el mundo no aprobando esta ley, ¿por qué son ustedes tan cretinos de no dejar a las personas elegir lo que les hace o no felices? ¿Tan horrible les parece que un niño tenga dos padres o dos madres? Recordad que esos niños adoptados ni siquiera saben lo que es un padre o una madre y, si lo saben, seguramente no quieran ni recordar la imagen que tendrán de ambas figuras. Dejad de regalar libertad a cambio de no usarla, por favor.
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