Quizás hoy estemos usando a Haití como ejemplo, pero la pregunta que se está haciendo eco en estos momentos es la que siempre nos hacemos o deberíamos hacernos: ¿y Dios? ¿dónde está cuando se le necesita? Seguro que usted, inconsciente lector, ya ha oído esto en la televisión o en cualquier medio de comunicación. Aunque sé que es repetitivo es algo que a mi me llama bastante la atención. Sobre todo me ha impactado la respuesta que ha dado el no sé qué de un suplemento religioso que viene con el ABC, si me he enterado bien. El sujeto en cuestión afirma que Dios se encuentra en el corazón del padre que lleva a su hijo muerto en brazos, en las lágrimas de un bombero que ha salvado a alguien, en la sonrisa de un niño que es rescatado de su agonía bajo los escombros. Querido señor, creo que usted no ha entendido vien la pregunta. Lo que nos estamos preguntado es dónde coño estaba Dios mientras dejaba que ese terremoto ocurriese. ¿Para qué vale que luego este en un corazón, una lágrima o una sonrisa? Lo que nos interesa saber es qué cojones tiene ese hombre en la cabeza para permitir que Franco viviese 83 añacos y a Hitler 56, si no recuerdo mal, pero en cambio tiene los grandes cojones de dejar a niños sepultados bajo toneladas de escombro y tierra, deja morir a inocentes en interminables guerras y permite que cada 6 segundos muera un niño por causas no naturales. Pero no pasa nada, seguro que él está presente en la malaria del niño, en sus padres muertos y en las bombas átomicas.
¡Qué bonito es ser humano!

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