07 noviembre 2009

Los animales de la misma especie no suelen matarse entre sí. Compiten, luchan por la presa o por aparearse, pero tienen unos frenos instintivos que les impiden matar a sus congéneres. El lobo que se siente vencido por otro más fuerte, hace un gesto de sumisión que tranquiliza al vencedor. El ser humano, en cambio, es asesino del ser humano.





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